Argentina y China: la culpa no es del chancho

Tapa de la edición 73 de MU (febrero de 2014), donde contábamos que el principal destino de la producción sojera era para la alimentación de los chanchos chinos

La periodista y escritora Soledad Barruti -autora de Mal comidos y Mala leche, y habitual colaboradora de MU- difundió por sus redes sociales un video en el que alerta sobre las posibles consecuencias que traería la millonaria inversión china en Argentina para crear granjas industriales que exporten carne de cerdo al país asiático, en crisis luego de la Peste Porcina Africana (PPA). Los límites del modelo extractivo, las formas de producción de la industria porcina y el peligro de nuevas enfermedades, los principales ejes del video que transcribimos aquí.

Por Soledad Barruti

Necesitamos tener una conversación como la que no tuvimos en 1996 cuando en ese tórrido verano y sin siquiera traducir los documentos del inglés al español Felipe Solá autorizó la siembra de semillas transgénica en nuestro país volviéndonos esto que somos hoy: un gran sojal. ¿Qué está pasando hoy en Argentina? Tenemos la posibilidad de crear un negocio de producción de cerdos para China, aumentando la cantidad de cerdos que produce nuestro país de 6 y 7 millones a 100 millones de animales. Esto que muchos ven como un negoción puede traer consecuencias tremendas para el campo en general y nuestras vidas en particular.

Empecemos a ver de qué se trata esto.

Primero: ¿por qué llegan estas granjas industriales y la búsqueda de este documento que aún no se firmó y aún estamos a tiempo de oponernos? En China hubo un brote de lo que se conoce como Peste Porcina Africana (PPA), una enfermedad que afecta a los cerdos y es altamente contagiosa, que se manifiesta de distinta manera, pero que hace que no puedan ser vendidos como carne, que es básicamente para lo que se los produce.

China es el principal consumidor de carne de cerdos del mundo, tiene producción de unos 450 millones de animales y solo en lo que va de este año tuvo que matar 250 millones (de una forma tremenda, los enterraron vivos, los quemaron) para que no se siguiera propagando la enfermedad.

Y, obviamente, tienen una situación de que, como este fue el consumo de carne que se impuso en el país, para garantizar que sigan pudiendo ofrecer a su población esa cantidad de carne sin entrar en situaciones de peligro ni extender esto que hoy solo afecta a los cerdos pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que se puede transformar en un virus mutable e infectarnos a nosotros como esta Covid 19 que tenemos hoy y nos está teniendo acá hermosamente encerrades, China empieza a pensar en exportar sus granjas industriales y básicamente hacer lugares donde se engorden los cerdos que luego ellos van a consumir.

¿En quién pensaron? En Argentina.

Argentina está ahora en este programa de pura soja, en el que nos metimos en 1996, y es el gran alimentador de los cerdos de China: somos los que producen la soja que luego comen los animales que se engordan en ese país. Ahora vamos producir los animales.

Los problemas son varios.

En primer lugar, tenemos que pensar los problemas que ya devienen de la sojización que obviamente se va a ampliar, porque vamos a tener además que alimentar a todos esos animales. La sojización en Argentina provocó un aumento de 1400% en el uso de venenos.

Vivir en el campo ya no es una experiencia bucólica, sino la posibilidad de agarrarse cáncer, infertilidad, enfermedades rarísimas, respiratorias crónicas, y de vivir por supuesto bajo una guerra química que en cualquier momento se posa sobre una escuela, un tanque de agua.

Además nos convirtieron en uno de los 10 países del mundo con mayor deforestación, así que nos estamos cargando todos los bosques en pos de estos cultivos. También somos usuarios grandes de fertilizantes, otro de los químicos que se utilizan en el campo y van destruyendo la biodiversidad, la fertilidad de los suelos, etc.

En cuestión de granjas industriales no somos un país pequeño. Nosotros ya estamos avanzando en las granjas industriales y eso en sí mismo es un peligro.

Una granja industrial de cerdos es un lugar absolutamente infernal. Un pequeño panorama de lo que es un cerdo que se cría en estas granjas: nacen, se les extraen los colmillos sin anestesia y se les corta la cola. ¿Por qué? Porque es tal el estrés que le va a provocar la vida que les espera en estos corrales de engorde que van a empezar a comerse unos a otros.

Para evitar eso no se crean mejores condiciones de vida sino que se les arrancan los colmillos y la cola, que es lo primero que mastican entre sí.

Una cerda da unos 12/14 cerditos cada seis meses. Para hacerlo la sostienen en lo que se llaman jaulas de gestación: una cerda pasa toda su vida en una jaula del tamaño de su propio cuerpo, parada mientras está gestando y acostada mientras está pariendo y amamantando a sus cerdos, así hasta que llega al matadero.

Estas condiciones de vida tan tremendas y siniestras hacen que los animales les bajen la inmunidad, se enfermen más, haya que contenerlos así. ¿Cómo se los contiene? Con remedios:

lo que más consumen estos animales, además de los granos que se producen en los campos, son antibióticos antivirales, en el caso de los cerdos de una manera crónica, porque además estimulan el crecimiento.

En otro video ya expliqué que el factor de peligro que existe en el uso de estos remedios es brutal, porque el uso de antibióticos de forma crónica hace que las bacterias muten, que sean más resistentes y que luego no tengamos con qué tratar las enfermedades que nos aquejan.

Porque lo que aumentó la esperanza de vida en la humanidad no es que la industria se volvió mejor y nos da mejores alimentos, es porque hay remedios como lo antibióticos.

Si vos te enfermás y no hay antibiótico que te cure, estás en serios problemas y tu esperanza de vida baja radicalmente, al punto tal de que ya se habla que en los próximos años las personas van a morir más por bacterias con resistencias a los antibióticos que por enfermedades como el cáncer.

Y este tipo de resistencia bacteriana surge de estos lugares como las granjas industriales.

Por último, ni hablar que estos lugares son donde se gestan las zoonosis, estas enfermedades que saltan del reino animal al humano y que nada nos va a decir que no nos van a volver a pasar mientras sigamos agitando esta forma de producir.

La verdad es que estamos a tiempo de poner un límite a que se siga haciendo con nuestro país cualquier cosa, a que sigamos entregándonos a un agronegocio que es absolutamente suicida:

es una locura pensar que nosotros vamos a seguir profundizando estos escenarios de extrema crueldad, de extremo abuso de la naturaleza, de los animales, de las personas que viven en esos lugares y en esas granjas que son el infierno mismo y que no nos pase nada.

Vamos a terminar entregándonos a un negocio que no nos está dando mejores alimentos y que sólo está enriqueciendo al mismo puñado de siempre: las cerealeras, los empresarios rurales y los laboratorios que venden estos remedios.

Estamos a tiempo de decir que no! de hacer correr la voz y de poner un límite de esos que no ponemos nunca, para que después no sea demasiado tarde, porque ya vemos lo que pasa cuando tiramos demasiado la cuerda.

Compartamos y digamos que no a la instalación de granjas industriales en nuestro país.

FUENTE: La Vaca
lavaca.org

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