Imposible apagar tanto fuego

En la última semana de agosto los incendios en los humedales del río Paraná volvieron con toda la furia: hubo más de 2.300 focos, el humo llegó a Rosario y tuvieron que salir volunaries a apagarlo. Septiembre llegó con lluvia y alivio. Al menos por unos días.

Foto: Carlos Salazar

El martes de esta semana un grupo de 9 personas salió en lanchas rumbo a las islas del humedal del río Paraná, frente a la ciudad de San Nicolás de los Arroyos. Iban a apagar el fuego que avanzaba sobre las casas y los animales de la zona. Al frente del grupo estaba Hugo Capacio, un ex bombero de alto rango retirado que el año pasado había colaborado para apagar el fuego en las islas frente a Rosario.

El grupo hizo un cortafuegos extenso y logró frenar las llamas. El operativo de emergencia fue montado por la Multisectorial Humedales, MoRedeHu,Punta de Flecha y las organizaciones nicoleñas CONA y La Matriz Consciente. La escena es una de las tantas que se viven por estos días en el delta del Río Paraná. Mostró una vez más cómo el fuego intencional avanza sobre los humedales y son las personas que defienden el territorio quienes se ocupan de frenarlo ante el silencio de las autoridades.

El 2020 los incendios en los humedales del Paraná fueron una noticia cotidiana. Todos los días nuevos focos arrasaban con uno de los ecosistemas más importantes del mundo mientras crecía el reclamo por una ley que los proteja. Este 2021 nada cambió.

En lo que va del año hubo más de 9.200 focos de incendio. En enero, febrero y marzo superaron el promedio de los 9 años anteriores. Sólo la semana pasada, del 23 al 30 de agosto, se registró la mayor cantidad de quemas de todo el año: 2.323 focos. Entre el año pasado y lo que va del 2021 se quemaron más de 700 mil hectáreas del delta del Paraná: un 30 por ciento de su territorio.

Los datos de los últimos días fueron difundidos por el Museo de Ciencias Naturales Scasso de San Nicolás desde donde hacen un seguimiento de los focos de calor a partir de imágenes satelitales de alta resolución. Es una de las pocas estadísticas actualizadas que hay disponibles.

En la última semana de agosto el fuego avanzó rápido y feroz y sólo lo pudo frenar la tormenta de Santa Rosa. Hace 15 días en el norte de Buenos Aires se quemaron entre 70 mil y 75 mil hectáreas. Pero el número crece día a día. “Hoy estamos hablando de aproximadamente 160 mil hectáreas. Los últimos días fueron tremendos”, dijo esta semana Matías De Bueno, referente del Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) en el programa “El primero de la mañana” de LT8.

Donde hubo fuego cenizas quedan

El año pasado las quemas, que según el Plan Nacional de Manejo del Fuego fueron intencionales en un 90 por ciento, afectaron 300 mil hectáreas del Delta del Paraná. Hubo reuniones de autoridades, envío de efectivos y aeronaves de Nación para apagar los incendios y hasta la instalación de los llamados Faros de Preservación para detectar focos más rápido y minimizar daños, un reclamo que se arrastraba desde las quemas de 2008.

Pero el fuego volvió: hubo denuncias en marzo, abril y mayo en zonas alejadas del curso principal del Paraná. Y en agosto volvió a encenderse.

Por si hacía falta agregar leña al fuego (o sacarle agua), este año se sumó la bajante histórica del Río Paraná. En el puerto de la capital de Corrientes el hidrómetro registró 0,29 metros, en criollo: una altura que no se registra desde 1944. Pero el problema no es sólo el bajo nivel sino el tiempo ininterrumpido en esta situación: superó los 750 días. En medio de una crisis sanitaria global, el ecocidio no para de romper récords. No hay registro de una situación similar desde 1901, cuando empezó el registro hidrométrico en Corrientes.

Humedales en la agenda

Los humedales son ecosistemas que funcionan como esponjas que desaceleran el flujo del agua y regulan las inundaciones y las sequías. Por eso, cumplen un rol muy importante en la mitigación del calentamiento global. Hace menos de un mes el informe de la IPCC de la ONU reportó que el cambio climático no solo es alarmante: algunas de sus consecuencias ya son irreversibles. En Argentina los humedales ocupan casi un cuarto del territorio. Y se están quemando a todo ritmo.

La agenda ambiental día a día y lucha a lucha se instala con más fuerza en el debate público gracias a la militancia de organizaciones ambientalistas y antiespecistas. En temporada de campaña les candidates son interpelades sobre sus propuestas como nunca antes. Activistas, referentes de la cultura y organizaciones lanzaron el pedido de un cupo de preguntas sobre temas ambientales en las elecciones, un reclamo que pocos medios tomaron. Y las respuestas son vagas, muy vagas.

Ley de Humedales YA

En 2020 los incendios intencionales que se vieron en todo el país arrasaron con la flora y fauna local de los humedales. La dimensión de la catástrofe ambiental reavivó el debate por la ley de humedales y se presentaron 13 proyectos en el Congreso (diez en Diputados y tres en Senadores). Finalmente hubo un primer dictamen en la Comisión de Recursos Naturales y Ambiente Humano de la Cámara de Diputados en el cierre de las sesiones ordinarias. En 2021 debía tratarse en las otras tres comisiones asignadas (Agricultura y Ganadería; Intereses marítimos, fluviales, pesqueros y portuarios, y Presupuesto y Hacienda). Nada de eso pasó. Desde las organizaciones sociales y ambientales denuncian que los intereses inmobiliarios, agropecuarios y mineros hicieron (y siguen haciendo) lobby para que el Estado no se meta.

El domingo 29 de agosto, la Multisectorial de Humedales, ambientalistas y vecines cortaron el puente Rosario-Victoria para exigir que se ponga fin “a los nuevos focos de incendio” que devastaron las islas del Delta del Paraná y para pedir el tratamiento de la Ley de Humedales cajoneada en el Congreso.

Dos semanas antes habían realizado una travesía de más de 350 kilómetros a remo para visibilizar su pedido. Desembarcaron en CABA el martes 17 de agosto y al día siguiente, con los kayaks y los remos al hombro, encabezaron una manifestación multitudinaria frente al Congreso junto a otras organizaciones ambientalistas de todo el país.

El miércoles empezó a llover. En Rosario el olor a humo invadió la ciudad por el cambio de viento y por el agua que empezó a apagar el humedal. Hay algo de calma después de la tormenta. Pero no va a durar mucho. Y mientras tanto, el aire se contamina, la flora y fauna local muere y mientras las comsiones no tratan el proyecto de ley de humedales, corre el riesgo de que pierda estado parlamentario.

FUENTE: Cosecha Roja

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