El domingo pasado, se entregaron los premios y menciones de lo que fue el FIDBA 2020, y Córdoba no pasó desapercibida. Bárbara Brailovsky recibió la Mención Competencia Cronistas por su ópera prima “Qué tal Pascual”, sumando otro premio a nuestra provincia junto a la Mención Competencia Largometraje Argentino de Bahía Flores Pacheco y Natalia Comello por “Andá a lavar los platos”.
Bárbara Brailovsky es licenciada en teatro, pero sus trayectorias y recorridos laborales son tan vitales como eclécticos. Así es ella: pequeña y enorme. Salta, corre, prueba, se ríe a carcajadas, estudia acordeón, camina rápido, crea, hace comunidad. Es especialista en buscar y encontrar personajes de la vida real, pero que parecen de ficción.
Egresada de la UNC, la cordobesa inquieta partió en búsqueda de nuevas experiencias y aprendizajes, juntó algunas valijas y emprendió viaje hacia el otro lado del charco. Su itinerario comenzó en Jerusalén, donde participó de diferentes proyectos artísticos y cinematográficos, y continuó en Barcelona, donde vive actualmente. En la ciudad catalana, realizó su ópera prima, ganadora de la Mención Competencia Cronistas en FIDBA 2020, Qué tal Pascual.
Pascual Iranzo, especialista en imagen personal
“Qué tal Pascual es una película documental que surgió a partir de la idea de ‘guardarme’ en una película a Pascual Iranzo, un viejo peluquero de Barcelona. Llegué a Barcelona a cursar el Máster en Documental Creativo de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), teniendo en la cabeza un proyecto muy ambicioso, que me di cuenta durante los primeros días de cursado que no iba a poder realizar en el marco del Máster.
Antes, había vivido en Jerusalén por dos años, ciudad en la que me enamoré de más de un personaje. En la ciudad antigua, había una barbería que me encantaba observar. Era una barbería familiar, árabe, heredada de abuelo a hijo y a nieto sucesivamente. El peluquero, los clientes, la relación entre ellos era algo que me fascinaba. Me quedaba mirando por horas esa barbería quedada en el tiempo. Revisité esa memoria cuando sentía que se me caía mi idea tan pretenciosa para el máster y me apuraban los tiempos académicos”, relata Brailovsky.
“Me puse a buscar una peluquería así, con un peluquero que me fascinara de ese modo, aquí en Barcelona. Vi una foto de Pascual primero y pensé: si es lo que me imagino cuando lo veo, tiene que ser genial. Fui a buscarlo al día siguiente y tuvimos un encuentro espontáneo y amorosísimo. Nos enamoramos rápido. Empecé, desde ese día, a estar con él tres o cuatro veces por semana, tomando cosas, charlando, caminando, haciendo todo lo que él hacía, acompañándolo en su vida, siguiéndolo. Mientras, escribía secuencias imaginadas con lo que él me daba, con eso que veía. Construí, mientras lo miraba, una forma de mirarlo, una forma de observarlo, y eso es lo que quise intentar retratar. A Pascual y a mi forma de verlo.
Eso es ser documentalista, creo. Acercarse cada vez más a la propia mirada, de lo que sea que uno mire. Y esa es el alma de la película: la mirada, el punto de vista. Pascual puede ser retratado desde mil almas/miradas diferentes. Qué tal Pascual es la mía”, cuenta la cineasta a La tinta.
Pascual Iranzo tiene 87 años y, como dice Bárbara, es un peluquero que parece sacado de un cuarto de maravillas. A sus 87 años, Pascual ha sido peluquero del Rey de España, de Gabriel García Márquez y de Joan Manuel Serrat, quien aparece en el filme de la cordobesa, con toda su carisma. Bárbara dice que Pascual, con una destreza y vitalidad indiscutibles, desafía la normalidad con su singular manera de entender el mundo, transformándose y reinventándose a cada instante.
¿Qué es acaso ser un ser humano? Pascual reflexiona sobre el misterio, la duda y la inseguridad como parte de la existencia humana. Él va más allá de los márgenes definidos de su oficio y se reconoce y define como
“Especialista en imagen personal y especialidad corporal”. Con un espíritu renacentista, interpreta las huellas que el paso del tiempo dejan en nuestro físico y, como consecuencia, en nuestro espíritu.
Viejxs maravillosxs
“El vínculo con Pascual fue y continúa siendo una delicadeza, una hermosura. Una mezcla de amigo, abuelo, cómplice. Su familia y él me acogieron como si fuese una nieta. Me invitan a comer, a conciertos, al Bar Belvedere a tomar algo… ahora Pascual está muy delicado de salud, su memoria está frágil”, relata Bárbara.
La teatrera y documentalista trabajó en muchas cosas, pero, fundamentalmente, se dedicó a adultes mayores: como tallerista en el Programa UPAMI de la Universidad Nacional de Córdoba, en el Centro De Promoción Del Adulto Mayor (CEPRAM) y en el Arturo Illia, espacios culturales de Córdoba dedicados a la tercera edad.
“Siempre me gustaron lxs viejxs”
comenta, y es que su mirada como artista está posada en esta edad, haciendo foco en la vejez, siempre en clave de revalorizar la voz de la experiencia y la singularidad de los personajes que elige, con humor y gran sensibilidad.
Bárbara, actualmente, sigue este recorrido y se encuentra en el proceso de creación de un nuevo proyecto documental, que aborda la relación con su abuela: Happy Gen. “Es un docu sobre mi abuela y yo. Quizás no sea solo un docu, quizás también sea una pieza, quizás mezcle teatro y cine. Hice un seminario de verano con Sergio Blanco y me enganché con el dispositivo de autoficción que propone.
En el FIDBA (Festival Internacional de Cine Documental de Buenos Aires), recibí el premio #SQUIRE impulso FIDBA para trabajar este proyecto y estoy feliz, porque me van a ayudar a seguir. Veremos cómo sale. Estoy muy, muy contenta y agradecida” .
Un viejo maravilla, una teatrera cineasta. Dos amantes de la vida y de sus oficios. Una ciudad catalana retratada por una cordobesa. Una peluquería que no es una más. Dos historias de vida charlando en un documental. Dos que, en sus recorridos, se animaron a mirarse diferente y un filme que es una explosión sensible de ese encuentro.
FUENTE: La Tinta
Por Ivalú Hayipanteli y Soledad Sgarella